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La oposición en México y la lucha por el poder político

  • Foto del escritor: Jessica García
    Jessica García
  • 19 sept 2020
  • 4 Min. de lectura

Opinión.

En los meses recientes el mundo se ha visto agitado por diversas causas de carácter natural, pero también por sucesos políticos sin precedente tanto a nivel internacional, como dentro de cada país. Ante esta afirmación, México tiene hoy en el gobierno federal a un partido político que está al mando del Poder Ejecutivo y además, cuenta con mayoría en el Legislativo, característica que le da la habilidad de actuar casi con total libertad en cuanto al manejo de la administración pública y el país en general. En este sentido, nace el cuestionamiento de qué lugar y poder tiene la oposición actual, si es que la hay.

Como se ha comentado en escritos precedentes, la política puede ser definida como aquella actividad colectiva a través de la cual los individuos de una comunidad buscan la regulación de conflictos mediante la asignación de obligaciones. Según Vallès, esta tiene tres dimensiones, la estructural, la procesal y la de resultado. (2016) Para efectos del presente, nos enfocaremos en el ámbito de la política como proceso, pues es en este en que intervienen los diversos actores, mismos que pueden ejercer acción de manera individual o de manera colectiva ya sea como grupos de interés, movimientos sociales, partidos políticos o medios de comunicación.

De manera más específica, es en la política como proceso y desde lo individual que se llevan discusiones, se publican opiniones, se ejerce el sufragio, se asiste a ponencias, se participa en manifestaciones, se crean afiliaciones con partidos políticos, o se ven y escuchan programas dedicados a actores o temas políticos. Por otra parte, en este ámbito pero desde lo colectivo, los actores tratan de ser persuasivos, llevan a cabo movimientos económicos, incluso operan en los espacios jurídicos y ejercen coacción o intimidación para en algún punto llegar a cumplir con su agenda. (Vallés, 2016)

De lo anterior cabe mencionar que todos estos actores pueden participar en la política ya sea a favor de la administración o régimen en turno, o en su contra y como alternativa clara al gobierno, es decir, como parte de la oposición. En el contexto de la política mexicana, desde la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a la jefatura del Poder Ejecutivo federal, y con ello los cambios hechos en diversos aspectos de la administración pública, hubo también un cambio de papeles. En este orden de ideas, quienes en años anteriores militaban en partidos políticos como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido Acción Nacional (PAN), los cuales habían ostentado el poder lo últimos 18 años, así como quienes simpatizaban con sus ideas, pasaron a ser ahora parte de la oposición al gobierno actual. (Zepeda, 2017)

Dicha oposición había sido fuertemente criticada desde el inicio de las últimas elecciones presidenciales cuando había un pronóstico favorable para la candidatura de López Obrador, incluso por el hoy Presidente de la República, por caracterizarse por una desorganización y actuar de manera dividida aún cuando, como es de suponerse, las diversas agendas políticas encuentran muchos y diversos puntos de convergencia entre si. El conflicto radica entonces, en que la llamada derecha política tiene problemas sin resolver que afectan hoy el núcleo de la muy necesaria oposición. Lo anterior se evidencia incluso a través de redes sociales, pues a pesar de los esfuerzos de individuos como Carlos Loret de Mola, o los ex – presidentes Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada, hasta hace pocos meses no eran identificables verdaderos líderes opositores con las habilidades necesarias para unir al México dividido de la actualidad.

Sin embargo, con la llegada del COVID-19 al país, la oposición finalmente “despertó”, pues destacó la crítica por parte de los gobernadores de distintos Estados en cuanto a la manera en que el Ejecutivo federal respondió ante dicha crisis de salud. Aunado a esto, López Obrador fue exhibido internacionalmente por no tomar en serio la pandemia y sus efectos en cuanto a pérdidas humanas y colapso económico, situación que benefició y dio más fuerza a este conjunto de opositores. (Loret, 2020) Pero esto no significa que haya una unificación de bloque, pues los partidos políticos aún no se deciden por llegar juntos a las elecciones intermedias de 2021 y el tema de las presidenciales de 2024 aún no está siquiera sobre la mesa.

Entre la oposición se encuentran también la ex – candidata presidencial Margarita Zavala y su esposo, el ya mencionado ex – presidente Felipe Calderón, quienes intentaron posicionar a México Libre, el grupo de ciudadanos que lideran, como nuevo partido político. No obstante, el pasado 4 de septiembre, el Instituto Nacional Electoral (INE) negó la solicitud de registro que habían realizado con el fin de participar en el proceso electoral del próximo año. Ante lo anterior, la ex – candidata y el ex – presidente manifestaron su inconformidad en redes sociales y dieron a entender que no se retirarán de la lucha por el poder político.

Por otra parte, en la oposición se encuentran también grupos y colectivas feministas, quienes día a día buscan colocar sus temas prioritarios en la agenda gubernamental y han demostrado su fortaleza como actoras políticas al encontrar estrategias nuevas de movilización y sobre todo, por no ceder ante el evidente distanciamiento de ideas con la administración de López Obrador. De lo anterior, considero acertado afirmar que las feministas son hoy la oposición más sólida a la que se enfrenta el gobierno actual, pues además de encontrarse activas y unidas en todo el país, no presentan únicamente exigencias, sino también propuestas para alcanzar causas justas.

A manera de conclusión, cabe mencionar que en entradas posteriores comentaré profundamente sobre la importancia e imperiosa necesidad de crear contrapesos en los distintos niveles y poderes gubernamentales, de manera específica en el contexto de las próximas elecciones intermedias de 2021, así como sobre el importante papel del feminismo en la política mexicana de la actualidad. En cuanto a las ideas aquí vertidas, reitero que si bien es cierto que algunos bloques opositores han tomado más fuerza en lo últimos meses, es aún necesaria una organización y unión de los diversos actores que no simpatizan con las ideas de la actual administración, esto especialmente como una forma de proteger a la democracia.

Referencias


Loret, M. (2020, 28 de junio). La pandemia despertó a la oposición en México. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/06/28/la-pandemia-desperto-la-oposicion-en-mexico/


Vallés, J. (2016). Ciencia Política, un manual. (3a. ed) Ariel. (Original publicado en 2000).

Zepeda, J. (2017). Los Suspirantes 2018. Editorial Planeta Mexicana.

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